CULTURA DE LA CANCELACIÓN

Netflix cierra filas con el cómico Dave Chapelle tras los boicots por afirmar que «el género es un hecho»

Dave Chapelle boicots
El cómico estadounidense Dave Chapelle. Foto: AFP

Las cancelaciones están a la orden del día. Una frase políticamente incorrecta, una opinión contraria al canon o incluso afirmar un hecho en determinados ámbitos puede significar el fin de una carrera para un personaje mediático. El caso más reciente lo encontramos en el comediante Dave Chapelle, que se enfrenta a boicots y a la cultura de la cancelación tras el estreno de su especial de comedia ‘The Closer’ en Netflix el pasado 5 de octubre por afirmar que «el género es un hecho». Chapelle defiende así que no es una construcción social sino un hecho biológico, lo que le ha acarreado las críticas del feminismo y de colectivos LGTBI.

En ese programa humorístico, en el top 10 de contenidos más vistos en Estados Unidos, Chapelle afirmó que «el género es un hecho» y se posiciona junto a la corriente feminista que no acepta los objetivos del colectivo transexual dentro del colectivo feminista. El sector Carmen Calvo, para entendernos. Y se armó la marimorena. Cientos de personas pusieron el grito en el cielo, se rasgaron las vestiduras y pidieron cancelar a Chapelle de la vida pública. Un grupo de empleados de Netflix alentó una pequeña rebelión interna que terminó con tres empleados suspendidos. Poco más y exigen el destierro de Chapelle, y todos sus defensores, a una isla desierta en medio del Pacífico. El cómico, a su vez, apoya a personajes públicos como la escritora J.K. Rowling (a la que también trataron de eliminar del mapa con una campaña de cancelación) que afirmaron lo mismo antes que él. En su especial ‘The Closer’, Chapelle también acusa a la comunidad de LGTBI de ser «muy sensible».

Pero Chapelle tuvo suerte y recibió apoyo, nada menos que de Ted Sarandos, jefe de contenidos de Netflix y hombre de peso en la compañía de contenido bajo demanda. Sarandos defendió el programa en un email, difundido internamente entre los empleados, en el que trasladaba que la compañía siempre apoyaría la «libertad artística» y rechazando que los estereotipos sobre minorías puedan causar daño en la vida real: «Los contenidos en pantalla no se traducen en daño directamente en la vida real».

Bien es cierto que su defensa de Chapelle casi le cuesta a Sarandos ser el protagonista de otra campaña de cancelación, por lo que tuvo que disculparse por no reconocer el daño causado a los empleados transexuales de Netflix, pero aun así defendió mantener el programa en emisión y descartó etiquetar el programa con una advertencia.

«Gracias a Dios por Ted Sarandos y Netflix, él es el único que aún no me canceló», dijo Chappelle en un vídeo difundido en redes sociales.

Hace ya casi dos meses que se estrenó ‘The Closer’ en la plataforma. Pero el pasado 21 de octubre, una modesta pero ruidosa protesta se instaló frente a la compañía Netflix en Los Ángeles. Alrededor de un centenar de personas, con una generosa cobertura informativa, acudió al llamamiento a manifestarse con mensajes de apoyo al colectivo transexual, según ellos objeto de las burlas de Dave Chapelle. Las pancartas que rezaban mantras como «Las vidas trans importan» o «La transfobia no es una broma» chocaron con una contramanifestación, todavía más modesta que la contraria, cuyos participantes enarbolaban pancartas con mensajes de «Cancelen la cultura de la cancelación» y «Las bromas son graciosas». Se vivieron momentos de tensión, incluso en algún momento de la protesta alguien arrancó de las manos una pancarta a un youtuber y la destruyó.

Reunión con el colectivo LGTB

Recientemente, Dave Chapelle tendió la mano a la comunidad transgénero y les ofreció una reunión tras la tremenda polémica que le ha convertido en objeto de una campaña de cancelación. El comediante estadounidense dijo estar «más que dispuesto» a reunirse con grupos LGTBI después del revuelo que ha originado su especial de comedia ‘The Closer’ y después de que colectivos transexuales afirmaran que se había negado a reunirse con ellos.

«No es verdad. Si me hubiesen invitado, habría aceptado, aunque no tengo claro de qué hablaríamos», dijo Chappelle en un video durante una reciente presentación en Nashville, Texas, que posteó en Instagram el lunes. «Dije lo que dije y escuché lo que dijeron. Dios, ¿Cómo no podría?».

Frente a un estadio lleno de seguidores, Chapelle afirmó que no tiene problemas con la comunidad LGBT y señaló su problema con los «intereses corporativos», poniendo énfasis en los festivales de cine que, tras la polémica, «comenzaron a retirar sus invitaciones». «No culpen a la comunidad LGBTQ (…), la gente que conozco de esa comunidad no ha hecho más que apoyar y amar, así que no sé qué es todo este sinsentido», dijo.

Y añadió: «A la comunidad transgénero, estoy más que dispuesto a darle espacio. Pero no pueden decirme qué hacer. No me doblo ante las demandas de los demás».

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